Croupier, de Clive Owen
A finales del siglo XX, año 1998, hubo una película que, aunque ha pasado desapercibida para la mayoría de los aficionados al cine de casino, representa una brillante creación sobre el juego en Londres, y el mundo tenebroso de los garitos ilegales y bajos fondos de Londres.
En Croupier, Clive Owen es un joven escritor sudafricano, de nombre Jack, que viaja a Londres para intentar abrirse camino y publicar sus obras. Consigue ciertos avances publicando algunas pequeñas novelas pero, la dureza de la vida en Londres y la dificultad de avanzar en su labor profesional le obligan a volver a la profesión de crupier en los casino, profesión que aprendió de niño en Sudáfrica, trabajando en un complejo de turismo con su padre.
La vida de Jack, lejos de ser cómoda y estabilizarse gracias a la ruleta y su trabajo como crupier, no para de complicarse, sobre todo con la aparición de una peligrosa mujer en su vida que pondrá en serio riesgo la relación de Jack con su novia. Jack descubrirá de la manera más dolorosa los riesgos del mundo clandestino en el que se mueve, lleno de secretos y peligros, que cobija la noche de Londres.
Esta película está narrada en voz en off, al estilo de la novela negra y a medio camino del drama. En ella se plasman a la perfección las realidades que se viven en torno a los casino clandestinos y las ruletas, pese a haber sido rodada con pocos medios.